Preparado que se realizaba en Vitoria-Barrio de Abetxuko hace 50 años y por supuesto en más sitios de la ciudad y provincia.
Hoy los platos de habas secas son muy raros que se hagan en las casas, cuando eran tan frecuentes en tiempos pasados, de algo vendrá al alavés el gentilicio Babazorro.
Este plato que comentó una señora de las asistentes a la charla de Abetxuko, matizó que era casi un plato diario, en invierno.
Las habas secas se ponían en remojo para hidratarlas, esta hidratación tenia dos misiones, una volver a darles a las habas su tersura y otra que saliesen al exterior los gusanos (gorgojos) que pudieran tener.
Se sofreía el tocinillo con un poco de cebolla, se ponían las habas con agua y si la cartera daba para más, se añadía un poco de chorizo y morcilla.
Se cocía todo lentamente hasta que el caldo quedaba gordito.
Si había que alargar el plato en último momento se le añadía un puño de arroz y el agua correspondiente.
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